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sábado, 30 de mayo de 2020

♦"Coronavirus, cierre y paralización de la economía”♦


“Coronavirus, cierre y paralización de la economía”.

Coronavirus: la pandemia que pone en jaque a la economía mundial.

Más paro, menos empleos debido al covid-19



Luego de que la Organización Mundial de la Salud (“OMS”) clasificó la situación actual del Codiv-19 como pandemia, la mayoría de los países del mundo,  incluyendo mi país, República Dominicana, empezaron a tomar medidas “urgentes” y “agresivas” (siguiendo –a pie juntilla- las recomendaciones dadas por el señor Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director de la OMS). Y casi de inmediato la mayoría de los ciudadanos del mundo se vieron obligados a quedarse en casa (“Stay at home”, en inglés), debido a la cuarentena obligatoria y toque de queda, decretados, por esos gobiernos.

Todo lo cual obligó a las empresas privadas, instituciones públicas y privadas,  negocios y comercios (excepto, farmacias, bancos comerciales y asociaciones; así como, supermercados, colmados –Bodegas-, etc., que se dedican a la venta de alimentos crudos de primera necesidad o “esenciales”), a cerrar sus puertas, y enviar a sus empleados a sus casas a trabajar de manera remota (claro, las empresas y negocios que podían hacerlo y que estaban preparadas para continuar prestando sus servicios bajo esa modalidad); otras, procedieron a suspender los contratos de trabajo de la mayoría de sus colaboradores, para luego acogerse a algunos de los programas sociales dispuesto por sus respectivos gobiernos, (como: quédate en casa, fase 1 y fase 2, y  Pa´ti, estos desplegado –de manera particular- por el gobierno dominicano, y los cuales consisten –básicamente- en ayuda económica directa, para completivo de pago de salario de trabajadores, y compra de alimentos crudos –a través de tarjetas y otros documentos-). Pero dichos programas sociales, al requerir para su sostenimiento de cuantiosas sumas de dinero no son sostenibles en el tiempo, máxime si se mantiene el cierre total de la economía.

Covid19 y la paralización de la economía.

Desde la fecha en que se clasificó el Covid-19, como “pandemia” han transcurrido casi 4 meses, tiempo que ha permitido a los diferentes gobiernos del mundo (mucho de ellos presionados por los empresarios y dueños de negocios y comercios, como por los ciudadanos de esos países) evaluar sus decisiones, respecto a los resultados obtenidos, y repensar las “drásticas y desproporcionadas” medidas que se han tomado y que ha provocado la paralización de la economía a nivel mundial); paralización esta, que según expertos en la materia, es irracional, y pone en evidencia el poco o nulo conocimiento que tienen los políticos –gobernantes- de cómo funcionan los mercados en una economía globalizada.

Al parecer las decisiones que han tomado los diferentes gobiernos, para enfrentar y controlar la pandemia, se equiparan a la serie de medidas de seguridad y de salud pública dispuestas por el Rey de la “historia del agua de la locura” que se cuenta en la novela “Veronika decide morir”, de Paulo Coelho, en la que los policías e inspectores, al igual que el pueblo, habían bebido el agua  envenenada por un hechicero, y juzgando absurdas las medidas decidieron no respetarla. Para finalmente, el rey, convencido por la reina, y ante el pedido de renuncia del rey, por parte del pueblo, proceder a beber del agua de la locura y empezaron -de inmediato- a decir cosas sin sentido. Al momento sus súbditos se arrepintieron: ahora que el rey estaba mostrando su sabiduría ¿por qué no dejarle gobernar?

En el caso de los gobiernos que han tenido que enfrentar la pandemia Covid-19, ha acontecido lo contrario a lo de la historia de referencia; estos gobiernos han tomado una serie de medidas de seguridad y de salud pública, que en principio, fueron celebradas por casi todo el mundo, pero ahora, luego de una prolongada cuarentena obligatoria del pueblo y de la paralización de la economía, y de no ver los resultados que se habían previsto (como es el “aplanamiento” de la curva de contagiados y muertes por la epidemia), esos mismos ciudadanos del mundo, hoy consideran poco racionales tales decisiones, y han estado presionando a sus gobernantes para que rectifiquen dichas medidas, y en su lugar permitan “reabrir” la economía y levantar el toque de queda y la medida de cuarentena obligatoria; por supuesto, manteniendo siempre las medidas de higiene constante de lavado de manos, llevando mascarilla cuando se salga a las calles, etc. 

En conclusión, pienso que errar es de humanos, pero creo también que siempre se puede rectificar; y si bien es cierto que el Covid-19 es una realidad de salud pública que ha cobrado la vida de muchos seres queridos, es no menos cierto, que la palabra pandemia, si se usa incorrectamente, puede causar miedo irrazonable, como lo afirmó al inicio de la pandemia en  una rueda de prensa el Director de la OMS; y provocar la toma de medidas que a la postre resultarán igual o más perjudiciales para los pueblos que la misma epidemia. Por tanto, “aplaudo” y considero ha lugar el hecho de que los gobiernos no solo acaten los sabios y bienintencionados consejos y recomendaciones de los expertos de la salud, sino también, que escuchen a los expertos en la materia económica y a los sectores de la economía, para que, concomitantemente con el combate al covid-19, se permita que los agentes económicos, con el debido protocolo de salud, puedan reanudar sus labores y continúen aportando a la producción y crecimiento económico de los países.

       
Santo Laucer Ortiz
Abogado Asesor y Litigante.

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