El trabajo pequeño no existe, existen las grandes oportunidades y la visión de futuro del candidato.
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| A trabajos pequeños, grandes oportunidades. |
Oportunidad de trabajo.
En el año 2005 luego de haber estado desempleado durante tres años, se me presento la oportunidad para ocupar un puesto laboral en una empresa de telecomunicaciones llamada Centennial Dominicana con sus siglas empresarial Trilogy Dominicana, misma que también operaba en Estados Unidos, Puerto Rico y Canadá. El puesto para el cual me habían reclutado era como representante de servicio al cliente, era una oportunidad de trabajo que no podía desaprovechar, dada la situación que había dejado el anterior gobierno en mi país Republica Dominicana.
Antes de este puesto, me había desempeñado como supervisor de personal en una estación de combustible (Shell Company) y anterior a este trabajo había sido representante de servicio al cliente vía teléfono para una empresa que trabajaba como outsourcing de una entidad bancaria muy popular también en mi país.
Oportunidad de trabajo.
Cuando fui llamado para la primera entrevista, la encargada de reclutamiento y selección de personal me dijo lo siguiente; “Angel, quiero ser muy honesta contigo, y es que según veo en tu currículo y en la forma en que tú te desenvuelve en la entrevista entiendo que tu estas sobre-calificado para el puesto”. Luego agrego que el salario de mis anteriores trabajos estaba por encima del que ellos podían pagarme, y que la empresa no se podía dar el lujo de capacitarme, y luego cuando yo tuviera la oportunidad de ocupar el puesto que según mi experiencia ameritaba entonces yo los dejara embarcados.
Yo palidecí durante un rato, pero luego me dirigí a la Encargada de Recursos Humano y le pedí que por favor me diera la oportunidad de trabajar en la empresa, ya que mis intenciones eran crecer en una empresa que me de la oportunidad de hacerlo y yo e que ahí lo iba a lograr, también agregue que hacer una carrera en el área de las telecomunicaciones era un sueño que había acariciado durante mucho tiempo.
Lo cierto es que fue una labor casi titánica la que tuve que hacer para que finalmente me dieran el puesto, pero era tanto su incredulidad que durante el entrenamiento buscaron la manera de cancelarme, pero algo pasó y no sucedió. Pero para resumir un poco más la historia, y no cansarlos, ahí empecé a trabajar tomando llamadas de clientes, la empresa en ese entonces estaba en el último lugar del ranking de las empresas de telecomunicaciones de aquel entonces, pero ahí estuve yo “echando el pleito” como decimos en mi país, dos años tuvieron que transcurrir para que la empresa se declarara en quiebra y fuera vendida como vaca muerta.
La empresa cambia de dueño.
Con el cambio de dueño, vino también el cambio de nombre a Viva Dominicana, con un lanzamiento que dejo boquiabierto a todo el país, ya que el movimiento de marketing, y publicidad que se realizo fue algo nunca visto en el país. Fue ahí en donde aproveche la oportunidad de solicitar cambiar de puesto, y estuve al asecho de las vacantes que se solicitaban llenar, y en donde yo encajara perfectamente de acuerdo a mis experiencias anteriores y las que había adquirido durante esos dos largos años.
Ascenso en el trabajo.
Así llego el puesto de Analista de Calidad, en donde me desempeñe como Monitor de llamadas entrantes y salientes, mismo puesto que tenía anteriormente pero que era calificado o monitoreado por los supervisores del área, y como no se puede ser juez y parte, esa función paso a un departamento que e encargara de calificar la calidad de las llamadas.
Al parecer el número 2 estaba marcado en mi vida laboral, ya que tuve que esperar dos años más para alcanzar un puesto de supervisor en la empresa, y así sucedió ya que antes de ocuparlo me seguía preparando a nivel profesional, de hecho yo entre siendo licenciado en Mercadotecnia, luego me gradué de Administrador de empresas mientras tomaba llamada como representante de venta, cuando ascendí a Analista de Calidad (Monitor) estudie una especialidad e Alta Gestión Empresarial y una Maestría en Gerencia y Productividad, con la experiencia laboral, y los logros profesionales y académicos, fue ascendido al puesto de Supervisor de puntos de ventas, logrando allí alcanzar premios tales como el empleado del mes, el mejor supervisor de ventas y logre levantar un punto muerto de la zona Santo Domingo Norte y con este ultimo me gane un televisor plasma de 32 pulgadas y uno de mi vendedores más aventajados también logro su premio por contribuir al logro de la meta trimestral.
La buena racha de ganar premios no llego cuando alcance el puesto de supervisor, sino cuando estaba sentado tomando llamada como representante de servicio al cliente, y es que fueron 13 veces en dos años que me gane el empleado del mes, incrementando así mi salario ya que el premio era un bono en efectivo que para ese entonces resultaba bastante atractivo.
Moraleja:
No hay puesto pequeño, hay que sacarse de la cabeza de que los trabajos ningunos están acordes a nuestras capacidades, lo que hay es que tomar la decisión y ver más allá del puesto, ver oportunidad de crecimiento en la empresa que decida acogernos como sus hijos. Esto va tanto para el Empleado como para el Empleador. Veo mucha gente Psicoanalizando y la verdad es que el que contrata y el contratado viven en una ruleta Rusa y tanto se va el que entiende que en otra empresa lo valoraran más como también es despedido cuando cree que está dando el 100%. Hay que jugársela y dejar de pensar en teorías retrogradas del siglo 20.
Un artículo original de:
Ángel Laucer Ortiz
Facilitador de la Formación Profesional
Entrenador de Entrenadores
Maestría en Gerencia y Productividad
Postgrado en Alta Gestión Empresarial
Licenciado en Administración de Empresas
Licenciado en Mercadotecnia.
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